Frases, adjetivos raciales y sexistas
El uso de calificativos raciales hacia las afrodescendientes cuando la noticia o el hecho descrito no amerita aludir a la raza es una característica constante en las publicaciones. Estas alusiones tienden a ser eróticas, grotescas, despectivas o a veces aparecen como signo de supuesta calidez o actitud paternalista del emisor.
Los calificativos raciales, al no ser insultos en sí mismo, suelen ser justificados por los emisores con diversos argumentos, los cuales pueden ser parafraseados de la siguiente manera:
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«Llamar a alguien zamba no es un insulto»
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«Si no quieres que te digan morena es porque eres acomplejada»
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«Si defiendes a tu raza por qué te ofendes cuando te llamo negra»
Estos calificativos han sido analizados y sistematizados en el Observatorio Afroperuano, estableciendo una tipificación de adjetivos explícitamente racistas y sexistas, y de otras palabras que activan su carga racista y machista en función del contexto.
"Mulata", "morena", "morocha"
La mujer mulata es símbolo estético exaltado en las Américas. Por un lado, refleja la cercanía a la belleza de la mujer blanca y, por otro, el prejuicio del erotismo y disponibilidad sexual de la mujer africana de piel oscura.
En el caso peruano, el adjetivo morocha o morena hacia mujeres de origen afro se aplica con intenciones similares al de mulata. Suele usarse indistintamente hacia mujeres afro de piel muy oscura o de piel clara. Es decir, mulata, tiende a ser un eufemismo de la palabra negra, enfatizando el origen afro, pero colocándolas en un estatus superior al de negras.
A partir del análisis de la producción analizada, identificamos que morena y morocha son palabras que suelen ser usadas como puertas que activan en la audiencia o lectores una serie de asociaciones culturales relacionadas con el erotismo o disponibilidad sexual. Cabe recordar que morena no tiene el sentido aplicado en España referido a personas de piel oscura y que no necesariamente encajan en el fenotipo atribuido a los afrodescendientes
"Zamba", "Zambrana"
La palabra zamba —acuñada desde épocas coloniales para describir a la unión del indígena con el afrodescendiente— es más usada que mulata, debido a la minoritaria presencia blanca en contraposición a la predominancia indígena.
En el análisis presentado por el Observatorio Afrolatino se observa que, además de Perú, la palabra zambo se aplica de manera reiterada en Bolivia y República Dominicana.
En el contexto peruano, el adjetivo zamba suele ser un punto medio entre la exoticidad encarnada en el adjetivo morena y la subordinación implícita y racista de la palabra negra. En el uso cotidiano, la palabra zamba se puede aplicar como un eufemismo de la palabra negra hacia personas con alguna herencia afro, sin establecer distinción sobre los orígenes del mestizaje (blanco, indígena o de otras razas). Se suele aplicar incluso a personas que no evidencia alto grado de mestizaje y son de fenotipo muy oscuro.
Al igual que con las palabras morena y morocha, suele usarse en reemplazo de los nombres propios de las mujeres afrodescendientes. El llamar zamba a una persona de piel muy oscura tiene una función complementaria y contrapuesta: validarla socialmente al reconocer su mestizaje cultural y a su vez hacerle recordar su origen racial (y por ende, su posición social).
Las publicaciones suelen usar la palabra zamba con una intención que, de primera mano, parece jocosa y amigable, pero se asocia a noticias y sucesos donde las mujeres afrodescendientes son relacionadas con hechos poco inteligentes, sexuales y hasta grotescos. Se aprecia una sutil diferencia en el tono entre las palabras zamba y zambita, siendo la primera más confrontacional y la segunda comúnmente utilizada para la minimización.
Como en los adjetivos anteriores, el uso de dichos calificativos raciales es innecesario en el contexto de la noticia.
"Negra", "Negrita"
Cuando se aplica el calificativo de negra o negrita se evidencia la poca intención de utilizar un eufemismo o encubrir la intención de racializar la noticia.
El análisis de las publicaciones nos permite inferir que las producciones comunicaciones que tienden a ser racistas agregan solo artículos determinados (el, la, los) como precedentes a la descripción racial tales como: el negro, la negra. Y el racismo se hace más evidente en la utilización de artículos indeterminados (un, unos) ya que se refuerza la idea de lo afro como objeto, por ejemplo en expresiones como una negra.
Esta diferencia puede ser interpretada como un mero uso del lenguaje. No obstante, aplicando criterios semióticos propuestos por Michel Foucault, el lenguaje existe per se y es el discurso construido a partir de las palabras lo que genera un significado. En este sentido, la posibilidad de omitir el sustantivo en las noticias sobre afrodescendientes fortalece el prejuicio deshumanizador.