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Trenza la historia 

Portada de 1900 primera edición de Estados Unidos publicada por Frederick A. Stokes

Publicidad de Circa, 1910
 

La Imagen Afroamericana en los Medios de Comunicación y las Marcas Comerciales 

Karen Juanita Carrillo

Soy un hombre invisible. No, yo no soy un fantasma como los perseguía Allan Poe (…) Soy un hombre de sustancia, de carne y hueso, de fibra y líquidos (…) Cuando se me acercan solo ven lo que me rodea, a ellos mismos o invenciones de su imaginación, todo y cualquier cosa, excepto a mí. Ralph Ellison, Invisible Man, 1952.
 
A pesar de las particularidades de las empresas esclavistas en Estados Unidos, en comparación con Latinoamérica, las similitudes en torno a las representaciones visuales de los afrodescendientes son enormes. En Estados Unidos, después de la guerra civil, se inicia el periodo de Reconstrucción, cuando se generaron leyes que contribuyeron a la inserción social de los afrodescendientes recién emancipados, en las mismas regiones en donde habían sido esclavizados. Esta etapa llega hasta 1876 y sus programas no culminan con éxito debido a la oposición. Un logro fue el establecimiento de las Universidades Históricamente Negras (HBCU).
 
Para destruir la idea de Reconstrucción, los perdedores de la guerra civil instituyeron las leyes denominadas “Jim Crow”, que fueron leyes estatales y locales entre 1876 y 1965, las cuales asignaban restricciones a los afrodescendientes segregándolos en espacios públicos y en la participación política. Casi olvidados de la vida civil, la idea de comunidad afrodescendiente empieza a ser algo irreal, es decir, una caricatura. Los fotógrafos, dibujantes y quienes tenían el manejo de las imprentas crearon imágenes de afrodescendientes como atrasados y culturalmente en quiebra.Los niños eran llamados “Pickaninnies”.
 
La imagen del “Little Black Sam-bo” (Negrito Sambo) es un ejemplo. Publicada en 1899 por la escocesa Helen Bannerman, relata cómo un chico se encuentra con cuatro tigres que tenían hambre. El Sambo, a pesar de que engaña a los tigres y salva su vida, es algo estúpido y sonríe sin razón. Esta imagen se empieza a asociar con cualquier hombre afronorteamericano. En Latinoamérica este personaje se puede asociar con la caricatura mexicana “Memín Pinguín” y en el caso de Perú, al menos en la base estética del dibujo, con la caricatura “Los Achoraos”.
 
Es decir, este tipo de representaciones responde a un estilo de dibujo que pinta de color negro intenso la piel afro, destacando la boca con colores rojos, rosados y blancos, generando una imagen que trata de ser graciosa a partir de destacar los rasgos fenotípicos afros considerados por la sociedad blanca y mestiza como antiestéticos.La mujer afroestadounidense es representada como la “Mammy”, personaje poco inteligente y gordo. Marcas como “Cream of Weath” y “Aunt Jemima” (panqueques y miel syrup) utilizan estas imágenes estereotipadas. La obra Uncle Remus (Tío Remus), escrita por Joel Chandler Harris en 1880, inspira a que la sociedad norteamericana cree el personaje Uncle Remus (Tío Remus).
Así, se grafica a los hombres afros como siempre felices, con aires estúpidos y sin preocupaciones. Esta imagen también se convirtió en un personaje familiar en los espectáculos de los “minstrels” (black faces u hombres blancos de cara pintada de negro que hacían shows cómicos reproduciendo prejuicios racistas). La marca de cereales “Cream of Wheat” usó a un Remus como imagen; posteriormente, en los años veinte pagó cinco dólares a un chef afro en Chicago, llamado Frank White, quien posó con un sombrero de cocinero y una chaqueta. Esta imagen es la que aparece hasta el día de hoy en dichos cereales.
 
La primera mujer afro modelo de la marca “Aunt Jemima” (Tía Jemima) fue Nancy Green, quien nació en esclavitud en 1834 y fue contratada cuando vivía en Chicago, Illinois. Por las protestas en la sociedad norteamericana debido al evidente racismo, la imagen posteriormente fue estilizada cambiándo el estilo del pañuelo, adelgazándola y finalmente se le descubre totalmente el cabello colocando la imagen de una mujer afro más moderna.Las representaciones según el estilo original de la Tía Jemima son comunes en Latinoamérica. Usar el pañuelo atado de esa manera rememora el estilo de la esclavitud. Suele ser de colores encendidos —preferentemente rojo— y con bolas o dibujos.
Esto refuerza la imagen de las mujeres afro como cocineras en tanto su rol de esclavizadas, encasillando la imagen de éstas en actividades de servicio que además las cumplen —según estas imágenes— de manera feliz y con atisbos serviles. La imagen de la Tía Jemima tiene paralelismos en el Perú con los productos “Negrita” y “Doña Pepa”. Así como lo descrito anteriormente, existieron muchas otras falsas imágenes de afronorteamericanos que reflejaban una imagen de inhumanos, merecedores de desprecio y hechos para ser serviles. Esto aparecía en anuncios en periódicos, revistas, el cine y televisión para vender mercancías que no eran usadas por un público afrodescendiente. Sin embargo, se asociaba la imagen afro a la producción de estas mercancías o con la idea de que pudieran ser servidas por ellos.
 
Por ello, los vendedores de muebles, fertilizantes, cigarros, el desayuno, comida, el tabaco, la tinta y lavadoras eran representados con esas imágenes afro. Con esto los medios de comunicación y las marcas comerciales perpetuaron una comprensión distinta de la negritud en Estados Unidos. Estas representaciones influyeron para mantener la idea de que la comunidad afro era disfuncional y hasta el día de hoy repercute en las posibilidades de encontrar mejores oportunidades de trabajo, la obtención de mejores viviendas y la inserción en un sistema educativo de calidad.
Karen Juanita Carrillo, periodista, co-fundadora de AfroPresencia.com, Nueva York.

@afropresencia

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